4. Desayunar mucho.
¿Quién les dijo a los extranjeros que un café es un desayuno? Y siéntete afortunado si además lo acompañan con dos galletas o un pan tostado.
¡Pues no! El mexicano necesita de sus chilaquiles con pollo deshebrado y su huevo estrellado, o un buen omelete con chorizo, tocino y un buen licuado de chocolate y plátano, mínimo una torta de tamal y un champurrado.
¡Mi reino por unos huevos divorciados con frijoles refritos!
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Y que llego a paris y pido un huevo para hacerme aunque sea un sandwich y que me preparan un huevo hervido....
Que bonitas intenciones jejejejejej
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